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martes, 11 de agosto de 2015

Actitud docente: Elecciones personales.








Esa imagen del profesor que recorrió el mundo en noticiarios y programas de tv y en las redes sociales, el docente carga en sus brazos al bebe de una estudiante y para que la clase no se interrumpa, en lugar de sacar a la estudiante, o molestarse, él lo carga y continua explicando; movió todo tipo de comentarios de estudiantes y docentes, la mayoría haciendo eco de la actitud del docente, identificándose con él, otros diciendo que tuvieron docentes así buenos y solidarios, otros quejándose de los docentes que tuvieron.

Personalmente me llevó a una reflexión un poco más profunda que el hecho que vemos en la fotografía. 

Siempre que un ser humano realiza una acción, se genera una reacción, los docentes somos personas que dada nuestra condición de “orientadores” tendemos a señalar errores más que a potenciar a las personas: llámense estudiantes, compañeros, parientes o vecinos, con expresiones como: “todo lindo peroooo” esas frases matan a nuestros compañeros de trabajo, a nuestros estudiantes, a nuestros hijos. 

El profesor de la imagen, eligió que no le importaba la presencia e interrupciones que el nene producía en su clase, lo toma en brazos y continúa su clase… sin señalamientos, sin objeciones; la vida es cuestión de elecciones, cada uno de nosotros elige criticar… justificando que lo hacemos “constructivamente”, evitemos estimados compañeros docentes la critica que destruye, evitemos ese “pero” que nos da permiso de decir cosas solo para agredir, aunque en nuestra mente nos digamos una y mil veces que es para crecimiento de los demás. 



La docencia es una profesión, un arte, el cuidado en la elección de nuestras palabras y comentarios es una cuestión estrictamente personal. 

En el aula estamos llamados a preguntar, compartir y orientar, en nuestros hogares a formar a nuestros hijos y a consensuar con la pareja (tampoco somos docentes de nuestras familias) y en la vida cotidiana somos seres humanos aprendiendo, observando, tomando lo que sirve y descartando lo que no. 



Y como el profesor de la ilustración, tomemos en nuestros brazos lo que incomoda y continuemos que hay cosas realmente graves en la vida como para preocuparnos por nimiedades.